¿estás _____ or are you just lonely?
ⓘ Nada en esta entrada puede utilizarse en contra de su autora. Ella promete contestar sus mensajes tan pronto sea posible.
Una pensaría que voluntariamente crear un blog significa aceptar ser vulnerable. Pero, ¿cuán vulnerable es demasiado vulnerable? ¿Cuánto es socialmente aceptable antes de que la gente se preocupe por mi bienestar mental? Anyway, here’s Wonderwall!
Originalmente, quería hablar sobre cuánto extraño a mis amistades. Tenía toda una tésis sobre el tan-cerca-y-tan-lejos de la adultez, pero mientras más intentaba escribir, menos salía. Después de llamar a mi mejor amigo, debatir con mi esposo y caminar la distancia de nuestro apartamento unas seis veces, finalmente caí en cuenta que para hablar de cuánto extraño a mis amigues, tengo que enfrentar cuán sola me puedo sentir ante la vida en estos días.
Soy la primera en admitir que soy parte del problema: Sí, necesito una semana de anticipación para janguear. Sí, te enviaré una invitación de Google Calendar. Y sí, inevitablemente le tendrás que sumar otro día porque la anticipación de tener que agendar otra cosa me va a paralizar (disculpa la demora, no estaba emocionalmente disponible).
No es que no vea a mis amistades: salimos a cenar ocasionalmente o regresamos a aquella barra de confort a darnos unos palitos antes de que den las 11:00pm. Pero, ya no nos juntamos a pasar horas de tiempo muerto, a hablar de todo y de nada a la vez. Nos vemos de semanas en semanas y cada oportunidad requiere producción de hora, tiempo, lugar, budget, “mood”, fit. Cerramos todas nuestras salidas con alegría, con un “¡deberíamos hacer esto más a menudo!”, triunfantes y llenas de esperanzas. Y a pesar de nuestras mejores intenciones, pasarán algunas semanas antes de vernos de nuevo.
Nuestra sociedad enfrenta una epidemia de soledad. En algún momento, las semanas dejaron de marcar el pasar del tiempo para marcar el inicio y el final de un ciclo. Los lunes son de procesar la llegada del primer día de trabajo. ¿Martes a jueves? Se sobrevive. Los viernes nos energizamos con la promesa del fin de semana… y entre sábado y domingo tenemos menos de 48 horas para descansar, limpiar, gritarle al vacío, y en mi caso, ver pasar las últimas horas lamentando que se acaba el domingo. Sin darnos cuenta, pasamos más tiempo a solas que en compañía saludable y estamos demasiado saturadas para janguear al final de nuestros días.
Ahora somos de calendarios muy ajetreados y necesidad de agendar cualquier actividad con por lo menos 5-6 días de anticipación. Hola, sí, gracias por la invitación al cumple de tu perro, pero quedé con una amiga que no había visto en seis meses a pesar de que vivimos a cinco minutos. Y ni hablar de que salir de la casa implica automáticamente gastar $40.
Y no paro de pensar en que quizás esa presión en el pecho no es mi mente; quizás así es que se siente sobrevivir un mundo que te aísla cada vez más. Me siento sistémicamente sola, sistémicamente cansada de la vida.
Extraño la libertad de juntarnos para hacer nada. Extraño los jangueos que se convertían en sleepovers. Extraño los almuerzos y conversaciones de horas. Extraño no sentir la soledad de terminar de ponernos al día justo cuando se está acabando el jangueo.
Tengo un corazón mucho más ambicioso que práctico, así que estos días le pido a mis amistades que me inviten a hacer sus encargos. Aunque no pueda más veces que sí, quiero ser considerada compañera para las tareas más monótonas de la vida. He practicado lo mismo y hasta ahora he ido a citas médicas, a comprar regalos de Navidad y a hacer ejercicio. Aún en las pocas oportunidades que he tenido me he sentido más abierta, aterrizada, sostenida. And I mean, mientras menos catch-up tengamos que hacer, mejor podemos contar los chismes.
Quizás esto sí es demasiado vulnerable. Quizás esto te ayude a darle nombre a algo que ya sentías. Quizás esto te inspire a llevarte a tu mejor amiga a Costco. Lo que sí espero es que si en algún momento te sentiste culpable por el peso de la soledad, reconsideres. A veces solo nos hace falta decirlo en voz alta.
Contigo en crisis,
ale-marie
Todos los días saco al menos 30 minutos para escribir en un cuaderno. El journaling es de mis ejercicios personales preferidos, y es gran parte de mi proceso de aprendizaje. Aquí unos prompts para conversaciones en tu propia compañía. 💌
Right in the FEELS. Fuck. Extraño tanto tener a mis amigas cerca de casa.
En que momento todes tomamos caminos tan distintos.