cómo *no* renunciar a tu trabajo

saludos desde 📍 La Mala™.

No es por ser dramática, pero desde que arrancó el mes, he fantaseado semanalmente con agarrar un avión sin ningún tipo de aviso y rasparme a un país remoto para empezar de cero.

I’d do it to, si no fuera porque a diferencia de las últimas tres veces que lo hice, decidí que era una buena idea casarme con el amor de mi vida (how dare I) y tener una granja por mascotas (ok, this one’s pretty fair).

I would’ve gotten away with it too, if it wasn’t for those meddling adult responsibilities!!!

Se me hace enigmático ✨. Hoy en día, son cada vez más las personas que entienden la importancia de la salud mental. Acudimos a terapia o conocemos a personas que hablan de sus maravillas. Hablamos comúnmente sobre la responsabilidad afectiva o de la necesidad de sanar a nuestra niñez interior. Entendemos que la salud mental es un requisito esencial para vivir una vida saludable y plena.

Y aún siendo la generación que ha roto con estos ciclos, se nos hace increíblemente difícil hablar de nuestras experiencias cuando son todo menos perfectas.

Si experimentas tus propias luchas con la salud mental, sabes que la dinámica diaria está compuesta de altas y bajas y no hay tal cosa como la experiencia universal. Todos los procesos son únicos se manifiestan diferente: a veces las altas son demasiado altas y las bajas son demasiado, pues, bajas; las bajas son más frecuentes que las altas; las bajas son infrecuentes, pero cuando llegan, son fulminantes, etcétera. En ocasiones, puede que las bajas sean todo lo que se experimenta por un tiempo. 

La última vez que hablé de salud mental en este espacio, fue un ejercicio vulnerable. Apenas había comenzado a tomar medicamentos para manejar la depresión y me encontraba tan perdida que no tuve más remedio que pedir ayuda. Articulé mi dolor desde la esperanza y a través de mi verdad, lo que fuerzas para seguir adelante. Y aunque muchísimas cosas han cambiado para bien desde entonces, me encuentro en uno de esos momentos donde todo se vuelve difícil de nuevo.

Aunque ahora todo está bien, perdí un poco el control de mi vida en estas últimas semanas. 

Todo se sintió como que pasó a la vez. I romanticized my life a little too hard, y cuando me tocó despertar nuevamente a la realidad de tener que luchar para sobrevivir, me tropecé y caí directito en La Mala™. La vida se me mezcló con otra semana de calor rompe récord, otro colapso del servicio eléctrico, otro asedio en Palestina transmitido directamente a nuestros teléfonos. Necesitaba tan desesperadamente ejercer algo de control sobre mi vida que, en un ataque de pánico, suspendí mi miedo a la incertidumbre e impulsivamente renuncié a mi trabajo. And I doubled down too – generé una carta de renuncia en good ol’ ChatGPT y la sometí antes de que la razón me permitiera arrepentirme.

Se acabó el mundo, pero todo continuó operando.

En otra dimensión, una versión de mí liquidó todos sus ahorros para irse a criar ovejas en Irlanda sin teléfono celular, redes sociales y quizás hasta un cambio de nombre. Pero esta versión, la que lees, finalmente empieza a aceptar que las bajas son experiencias inevitables de la vida (especialmente en este mundo) y que lo más que nos debemos es permitirnos sentirlo. Que sí, que está bien no estar bien. Que es parte de. Que it’s ok to be this messy organism experimentando todo por primera vez, sin manual de instrucciones y con su mejor esfuerzo.  

Me quiero proyectar como una mujer fuerte, capaz, y maybe just delusional enough to help further the plot. A pesar de que utilizo este espacio para tener conversaciones valientes que no puedo articular en voz alta, aún sufro cierto nivel de dificultad en aceptar mi propia vulnerabilidad. It’s taken me a lot to accept that I’m just another bitch just trying to figure it all out.

en esta casa apoyamos a britney spears y celebramos el arresto de justin timberlake 🙂‍↔️

En completa honestidad, me costó mucho sentarme a escribir esta entrada. Quería acostarme a dormir y levantarme semanas más tarde, en medio de otra rutina prudente de persona adulta y responsable. Más que nada, quería encerrarme en mi silencio y protegerme de la vergüenza y el ridículo de no ser la persona que proyecté ser, aunque solo fuese una idea en mi cabeza.

Pero no hay soluciones mágicas ni reflexiones inmediatas que se pueden aplicar en momentos difíciles. Sometimes we’re just going through it, porque la vida es complicada y el mundo que habitamos ni se diga. Y estamos aquí, presenciándolo todo y haciendo lo mejor que podemos para nosotras mismas y para quienes nos rodean.

Desconozco qué preguntas tengo que hacer y cuándo tengo que contestarlas. A pesar de mis instintos, me estoy dando el permiso a no estar bien – a sentirme en ello. Estoy perdida en el laberinto de la incertidumbre, sin prisa para encontrar la salida pero sabiendo que me dirijo hacia ella. 

Quizás no es sobre desaparecernos ante el dolor. Quizás es más bien sobre permitirnos aceptarlo y hacer lo que podemos por nuestro bienestar personal y colectivo. Hoy me agarro fuerte, pero pronto regresaré a mi, a ser apoyo en los días que todo se siente cruel, absurdo, o infinito.

Pronto recordaremos cuán valientes fuimos. Hoy solo podemos vivirlo.

Contigo en crisis,
ale-marie

Dearest gentle reader (I had to),

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