esta semana en ‘conversaciones con el espejo’
if you read this and you see me, no you didn’t.
[nota: esta entrada hace mención de gordofobia, desórdenes de alimentación and diet culture.]
me he mirado al espejo todos los días en estas últimas semanas, siempre esperando ver algo diferente. la magia puede que exista solo en pantalla, pero la creatividad de mis pensamientos produce unas imágenes idealizadas de mi cuerpo que no se transmiten a su reflexión. it’s like that outfit that looks good in your head, but not quite in real life… excepto que mucho menos devastador, simplemente un chin, pues, disappointing.
se siente tan absurdo apalabrar el mar de pensamientos que me inundan cuando pienso en mi cuerpo. no es que le tenga pena o rencor – al contrario. *tocando madera*, a pesar de alguna que otra condición crónica (hot girls have chronic illnesses), mi realidad es que soy una persona saludable que se mueve por el mundo sin inconvenientes o restricciones. estoy consciente de mis privilegios y vivo agradecida de mi cuerpo, de todo lo que ha tolerado y disfrutado a través de los años.
orgullosamente soy una mujer caribeña, latinoamericana, feminista. he aprendido a amar y a respetar a mi cuerpa más allá de los estándares blancos y patriarcales de belleza… ¿cierto?
aunque la pandemia impactó cada una de nuestras vidas de maneras distintas, nuestras ambiciones y valores colectivos también sufrieron un cambio – a shift, if you will. en medio de una crisis de salud global, las personas con poder decidieron quiénes eran más sacrificables en nombre de la emergencia y la escasez de recursos. vimos el aumento en desdén hacia las personas con diversidad funcional y personas gordas, sus vidas manejadas como desechables. quienes tuvimos el privilegio de salud en aquellos días nos encerramos a descubrir tiktok y recordar “tiempos mejores” while streaming nuestros programas favoritos de los 2000s (porque tampoco había nada nuevo que ver).
a pesar de todos los esfuerzos y avances del body positivity moment – especialmente en la última década como respuesta a los estándares de belleza más y más inaccesibles – ese shift significó una reprogramación cultural para quienes sufrimos los estragos del eating disorder culture of the early 2000s and beyond. peor aún: fue la iniciación a una nueva generación de personas adolescentes y jóvenes adultas que abandonaron nuestras consignas de aceptación y se comenzaron a definir a base de esa memoria histórica. y2k is most definitely back – y con ella, el hecho de que las imágenes de hilary duff en el 2004, que aunque en algún momento se vieron preocupantes, comienzan a verse cada vez más normales de nuevo.
honestamente, supe que todo se iba a la mierda tan pronto vi el regreso de los low rise jeans. i felt like shouting into the void cuando todos mis algoritmos se burlaban de mí, enseñándome cómo la nueva ola de influencers redescubrían el estilo canónico it-girl de los late 2000s y early 2010s. nada más de verlos, sentí inmediatamente la sensación restrictiva de los mahones sobre mi cuerpo, el miedo a doblarme y exponer mi trasero o – peor aún – moverme de alguna manera que enfatizara aquellas partes que sentía que sobraban de mi cuerpo.
i’m not joking: i had to take a deep breath y contar hasta diez.
no recuerdo en qué momento empecé a tomar inventario sobre la circunferencia de mi cuerpo, a verlo como algo calculable y manipulable para aplacar las opiniones ajenas. esto es lo que sí recuerdo: hacer vídeos de ejercicio junto a mi mamá antes de los 10 años (tbt a la era de taebo y los workout tapes); respirar profundo y mantener la respiración para meter la barriga, filtrar todas mis fotos etiquetadas en facebook para rápidamente eliminar cualquiera que delatara mi tamaño; el desapruebo de mis familiares ante mi peso; sentirme como la sidekick de mis amigas delgadas y bonitas; la matemática para *por favor, por favor* no superar el límite de calorías al día, entre tantas otras cosas. en fin: me costó mucho hacer las paces con esa niña y adolescente que creció para ser quien soy ahora.
mi canon event pandémico fue una crisis existencial que me hizo reconsiderar la vida entera. (trágicamente soy alérgica al gluten, así que hacer pan sourdough no estaba en mis actividades pandémicas disponibles.) hice de mi vida mi trabajo y cuando finalmente desperté a la realidad, mi cuerpo me cobró con intereses. el asunto es que, luego de algunos diagnósticos y las vueltas que da la vida, ahora me ejercito más días de los que trabajo para evitar caerme en cantos y perder la cabeza – equal parts for both.
si bien no entré al ejercicio con la intención de bajar de peso o cambiar mi cuerpo, mi apariencia física empezó a reflejar mi esfuerzo. he logrado cosas con mi cuerpo que mi yo de 16 años hubiese pensado imposibles. comencé a sentir orgullo por la parte de mi que me ha cuidado y acompañado en los días más difíciles. me empecé a sentir más cómoda, más en sintonía conmigo misma.
then everything changed when the fire nation attacked – i.e., el shift cultural post-pandémico que se cruzó con la caída de los bbls y la entrada de ‘ozempic’ al mercado de la comodificación.
forgive me mother, for i have sinned.
si te topabas conmigo en marzo de este año, me hubiese reído de todos los videos y gurus profetizando el poder transformar cuerpos a tiempo para el verano. en mayo te hubiese dado un speech de cuán destructivos son los mensajes de personas creadoras de contenido que insisten en un ‘cuerpo perfecto’ o en sacrificios para ‘ser tu mejor versión’... y hace una semana aumenté mi meta de millas y me encontré investigando procedimientos de liposucción de brazos en puerto rico (this last one will not be happening porque 1) i’m too broke y 2) i’m too self-conscious about being self-conscious).
jaw training; septum arms; buccal fat removal; heroin chic; office butt; morning shed; protein powder; collagen powder; pre workout; hip dips; thigh gaps; muscle mommy; pilates princess; 75 hard; 30-day shred; mouth tape; mewing; 5-minute toned arms; face-lifting strap; someone-please-for-the-love-of-god-get-me-a-lobotomy.
and the thing is, ¿quién realmente tiene un cuerpo como los que vemos a través de nuestras pantallas? quizás en nuestra infancia podíamos ignorar la alteración de fotos de celebridades en la revista tú, seventeen magazine o cosmo. pero como persona que tuvo un apego ansioso con facetune, estoy consciente de cómo hoy cualquiera edita fotos y videos al borde de lo irreconocible. recuerdo cómo quedé en una pieza cuando me enteré que online fitness gurus se operan en secreto y/o utilizan esteroides para vender sus productos o la ilusión de la perfección como algo accesible. i mean, have you seen legally blonde?
pero heme aquí, 31 going on 15, vulnerable frente al espejo, juzgando cada parte y relieve de mi cuerpo.
me decepciona mi decepción. no tengo las soluciones, ni un cheat code para ver en mi reflejo salud y abundancia en vez de un trabajo en proceso. a pesar de años de militancia y trabajo feminista, me cala el que todavía no logro deconstruir la mirada destructiva con la que me observo única y exclusivamente – porque pobre de cualquiera de mis personas si tan solo se atreven a juzgarse de esta manera. reconozco la contradicción que mantiene sistemas métricos para otorgar el valor que ya cada persona merece al nacer. sé que me resta muchísimo trabajo por hacer.
nos enfrentamos a lo imposible. hay todo un armamento industrial dedicado a vendernos productos, haciéndonos sentir insuficientes. escasa como el amor que nos merecemos, buscamos alegría en los espacios que podemos explicar y controlar.
para decir la verdad, al fondo de todo esto no está el interés de ser un size 2 y lucir bikinis como modelo de sports illustrated. en realidad lo que quiero es recuperar la paz que sentía apenas hace unos meses, antes de que la agresividad del verano y la obsesión social con nuestros cuerpos destapara una mayor necesidad de esfuerzo realmente ser mía, plena, saludable. no quiero llegar a body positivity – i want to achieve body neutrality. quiero pensar de mi cuerpo lo que es: un organismo vivo, compuesto, que hace todo lo que puede con lo que le proveo para cuidarme a pesar de las circunstancias que nos rodean.
quizás cuando me mire al espejo mañana sí encuentre algo diferente. espero que sea saberme suficiente, a pesar del reto creciente que es estar.
contigo en crisis,
ale-marie
Como alguien que sufrió y libró la batalla contra un desorden alimenticio en sus 20’s, puedo decir que la relación con nuestro cuerpo va mucho más allá de los estándares sociales que aprendemos. Es cierto que estos influyen en cómo nos percibimos, pero la verdadera relación con nuestro cuerpo está profundamente enraizada en el amor propio. No hablo del concepto superficial que se ve en redes sociales, donde me doy baños de burbujas o me pongo mascarillas, sino de aprender a aceptarme tal como soy, con lo que me guata y lo que no.
Desde el aspecto psicológico, se trata de construir un diálogo compasivo hacia uno mismo, una relación de amor que se nutre sin juzgar, sin querer cambiar, simplemente apreciando y sintiéndose cómodo con lo que uno es. El movimiento “the body positive movement ” son chispas importantes para generar más conciencia colectiva sobre estos temas, pero la verdadera sanación y cambio en este tipo de problemas reside en la capacidad de reflexionar individualmente y haver el trabajo interno que se requiere para establecer una base inamovible al constante ruido externo que nos desconecta de nuestra capacidad de vernos y apreciarnos. ❤️
I felt this in my heart.